Conchemimare nos que nos faltaba
Hoy se analizará en la Cámara de
Diputados de Chile un proyecto de ley para regular la venta de
videojuegos violentos a menores de 18 años, que obliga una nueva
rotulación y que exige control parental en el uso de las consolas.
¿Estamos preparados para un sistema de censura? ¿Es una buena idea o una
utopía de papel?
Los videojuegos son una enorme industria con un variado ramillete de
contenidos, tan amplio que siempre están en el tapete sus límites: donde
termina lo correcto y donde comienza lo peligroso. El 1 de julio de
2009 fue presentada por primera vez en el congreso chileno una ley que
regula la venta de videojuegos y, al igual que una cajetilla de
cigarrillos, determina que estos sean comercializados en Chile con un
envoltorio que cubra el 25% de la caja indique (por ejemplo) los grados
de violencia del juego en cuestión. Una buena idea… pero inconsecuente,
blanda y bastante poco aplicable.
Chile un país que carece de
autocrítica, donde es muy fácil culpar sin asumir pecados propios y
echarle la culpa al resto.
¿Por qué ha el Estado hacerse cargo de una labor netamente paternal?
Nadie dijo que ser padre fuese sencillo (sorpresa: no lo es), pero hay
que serlo y cumplir. Los padres en Chile
no se informan
y lo peor… les interesa muy poco. Respecto a la censura que ya traen
los juegos desde USA, el Honorable principal tras esta ley argumentó que
“
Esa nomenclatura no es la de los chilenos. Lo que quisimos es que hubiera una clasificación propia”. Es comprensible que pocos padres o tutores hablen o entiendan inglés, pero leer la caja y entender frases como
“Intense Violence”, “Mature Sexual Themes” o
“Use of Drugs” es cosa de sentido común, de
querer
saber que juegan nuestros peques. No lo hacemos porque preferimos lo
simple y dejamos a los juegos como nanas mientras hacemos todo lo que
nuestras exigentes vidas nos demandan.
Por
otro lado, ¿Hasta cuándo con que los juegos son sólo para niños? Por
enésima vez: No todos los que juegan son menores de edad.
Más de
la mitad de los videojugadores tienen más de 18 años y compran sus
propios juguetes. Además, no todos los juegos son violentos o para
adultos. Está bien censurar, pero cuando empieza la caza de
brujas se prohíbe en base al miedo, a la ignorancia. En Alemania,
Inglaterra y Australia se han retirado de cuajo títulos por su
“violencia”… pero -siendo honestos- hay muchos otros tipos de violencia
(visible y no) que será enjuiciada por un comité regulador que
seguramente estará compuesto por un montón de psicólogos anticuados que
ven maldad y traumas en todo lo que les ponen al frente. También cabe
preguntar ¿Qué pasará con el lenguaje soez en inglés sin subtítulos?
¿Qué pasa con todos aquellos juegos que son descargados directamente a
las consolas y no pasan por las tiendas? Incluso -hasta donde sé y leí-
la ley exige que las consolas de juego tengan un sistema de control parental. ¿Qué hago con mi vieja PS2? (por cierto, originalmente se planteó como un botón de control parental… que tontera).
Más allá de todos estos motivos: ¿qué hay de los adultos, las persona
ya viejotas y de criterio formado que los desean jugar? ¿Qué hay de
quienes sabemos a lo que vamos y que no necesitamos pagar de más por un
re-empaque advirtiendo del contenido de los juegos? Considero que es un
tema muy profundo pero
‘visto’, ‘analizado’ y
’solucionado’ de una manera simplista, anticuada, irresponsable e incluso un poco populista.
De una vez por todas, los legisladores deberían entender que la
prohibición sólo invita (… y con ganas), que tratar a los videojuegos
como los cigarrillos es una falta de criterio enorme, llena de
monumental ignorancia y prejuicio. Aquí las revistas, el cine, la TV y
la música no son tratados como al tabaco, no son obligadas a cubrir el
25% de sus hojas, anuncios u carátulas; con esta ley, los juegos sí.
Nuevamente,
la prevención es la mejor campaña, la educación la mejor herramienta y el prejuicio nuestro peor aliado.
Los padres deben informarse e interesarse, los vendedores cumplir su
rol informativo y los Honorables preocuparse de los problemas de verdad
(o informarse realmente del tema y su contexto).
No soy un tipo que sepa mucho de leyes ni su creación pero creo tener
una sana cuota de sentido común y ante ello -y como ciudadano de este
país- planteo lo siguiente:
- No se puede redactar una ley sin considerar el contexto real.
Las máquinas de hoy ya tienen medidas y controles parentales para
administrar su uso pero, para esta ley, el concepto de ‘control
parental’ es un poco vago (sólo menciona códigos de activación o
mecanismos que permitan tener control sobre el contenido). Las consolas
más antiguas (como la eterna PS2) no tienen medidas de control parental,
a lo sumo apagar la violencia gráfica desde las opciones. ¿Cómo
pretenden ‘corregir’ ese escenario para que quede en un contexto legal?
Si hay que intervenirlas ¿A cuánto se eleverá el precio?… porque fijo
que pagaremos nosotros, los consumidores.
- Las consolas de videojuegos se han transformado en un negocio que
mueve mucho dinero, que genera trabajos y cuyo auge (como toda buena
industria) es síntoma de un país que está creciendo. ¿Qué pasaría con
eso si esta ley se aprueba? Entorpeceríamos seriamente nuestro
rol en la región, generaríamos problemas de comercialización de estos
productos e incrementaríamos el costo de ellos. No quiero
pensar cual sería el precio final de los juegos en el comercio, que
ocurriría con el mercado de los juegos usados ni que cosas harían los
usuarios para ‘solucionar’ sus problemas.
- Es poco responsable crear una ley sin considerar a los involucrados
en su comercio y distribución. Ese escenario es tan ‘ideal’ como crear
una ley de incendios sin considerar a los bomberos o una ley de salud
sin consultar la opinión de médicos o pacientes. En USA el sistema de la
ESRB no es lo mejor del mundo pero funciona y cumple bien su labor,
principalmente porque los involucrados (las autoridades y las empresas) trabajan juntas, de mutuo acuerdo y con una meta común. Hacer funcionar una ley en base a la imposición unilateral resulta una medida irresponsable y poco práctica.
No estoy contra la censura, de hecho tal vez la apoye ( si Oh ), pero como una
herramienta creada de forma responsable, actual, informada, mancomunada y
aplicable. Creo que es una incoherencia comparar indirectamente a los
videojuegos con el cigarro (cuyos daños son mucho más palpables y
científicamente comprobados), mientras otros medios de entretenimiento
tienen un sistema de censura mucho más aterrizado, efectivo y menos
parafernálico.
De ser aprobada, esta ley puede tener alguno de estos resultados: o
es inaplicable ya que no hay como poner en práctica sus condiciones (la
re-rotulación puede ser problemática y costosa) o termina siendo pseudo
apocalíptica, impidiendo la comercialización de productos que no cuenten
con sistema de protección parental (como la PS2, consola que aún se
vende bien por estos lares) o no estén debidamente rotulados (como los
juegos usados).
La ley claramente ve el vaso medio vacío: Humildemente considero
correcto exigir la cédula de identidad para comprar juegos para mayores
de edad y dividir la censura en categorías tipo cine (todo espectador,
mayores de 14 años y mayores de 18)
pero fue redactada sin mucho contacto con el contexto real y antes de la irrupción de la Wii, de los controles por movimiento, de los juegos casuales y el juego en familia. Sumemos que
tampoco considera al mercado de juegos usados o a las plataformas de descarga digital.
Lejos mejor que gasten ese presupuesto en educar, en lanzar buenas
campañas informativas, en enseñar a utilizar los sistemas de control
parental que ya existen en las consolas actuales (nadie lee los manuales
por muy en español que estén) y que faciliten la información a los
adultos para que ellos decidan cual es el mejor curso de acción.
Que una ley
‘piense’ por nosotros para
‘proteger a nuestros niños’ es
un flaquísimo favor; informarse, educarse, hablar e interesarnos por lo
que nuestros hijos hacen es en donde está nuestro real objetivo.
Stephen King dijo
:
Un niño no puede jugar Grand Theft Auto porque es peligroso, pero puede ver Hostal
o Saw. Los políticos… les encanta atacar la cultura pop. Les resulta
fácil, casi divertido y les da vitrina. También así logran ignorar los
gigantescos problemas que viven dentro de su propia casa.
Update: Volví a leer las modificaciones al proyecto;
bajaron el espacio de la advertencia al 25% del espacio total del
envase… pero de ser aprovado el escenario podría ser terrible para las
consolas clásicas y para el mercado de los usados. Por cierto, cada UTM
(Unidad Tributaria Mensual) tiene un valor de $USD75:
Esta advertencia deberá ocupar, a lo menos, el 25% del espacio de ambas caras del envase o envoltorio del videojuego respectivo.
Las consolas de cualquier tipo para videojuegos deberán disponer de un sistema de control parental,
que posibilite el ingreso de una clave para ser accionado o cualquier
otro mecanismo que permita a los padres, apoderados y/o adulto
responsable, el tener control sobre el contenido y duración en el uso de
videojuegos.
La infracción a las disposiciones de este artículo, será sancionada en conformidad a las reglas siguientes:
a) Multa de 1 a 50 unidades tributarias mensuales y comiso de las especies materia de la infracción, por omitir la obligación de publicidad contenida en el inciso tercero.
b) Multa de 50 a 250 unidades tributarias mensuales y comiso de las especies materia de la infracción, por no cumplir con la obligación de contener dispositivos de control parental, según lo establece el inciso quinto.